Según varios estudios, hace más de 10 mil años los seres humanos consumimos leche de origen animal. Al contrario de lo que muchos piensan, la leche y sus productos derivados traen múltiples beneficios para la salud.
De acuerdo al Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés), la leche de vaca y sus derivados como el queso, el yogur, y la mantequilla, proporcionan -dentro de una dieta balanceada- una gran cantidad de nutrientes, calcio y proteínas. Todos estos ayudan de manera sustancial a fortalecer y cuidar la salud. La leche animal posee, además, ácido linoleico, mismo que contribuye a regular y mantener los niveles normales de colesterol – bueno y malo – en la sangre y así prevenir enfermedades como la hipertensión y diabetes.
La leche cuenta con propiedades nutritivas, entre estas proteínas de alta calidad, minerales tales como el calcio, el magnesio y el potasio y varias vitaminas de las cuales. La vitamina B12, por ejemplo, no se produce en nuestro cuerpo, sino que está presente en muy pocos alimentos, entre ellos, la leche y sus derivados. El consumo de una cantidad regulada de leche o, en su caso, de yogures, quesos, y otros productos lácteos, fortalece el sistema óseo y, en consecuencia, previene enfermedades como la osteoporosis y disminuye el riesgo de fracturas de hueso al momento de una caída leve.
El consumo de leche y productos derivados es clave en todas las
etapas de la vida. Incluirlos responsablemente en la
dieta diaria fortalece el sistema inmune, potencia el desarrollo intelectual y proporciona la energía necesaria para llevar a cabo actividades físicas de la jornada diaria. Por otro lado, la ingesta de lácteos contrarresta el efecto de otras sustancias presentes en varios alimentos; todos conocemos, por ejemplo, que el exceso de azúcar puede ocasionar enfermedades crónicas como la diabetes. Es por esto, que varios médicos y reportes científicos certifican que el consumo de leche animal a lo largo de la niñez, adolescencia y adultez disminuye el riesgo de generar diabetes y otras enfermedades cardiovasculares como colesterol alto e hipertensión.
Por otro lado, gracias a sus características nutricionales, varios Investigadores de la Facultad de Salud Pública de Harvard y del Brigham and Women's Hospital de Boston aseguran que la ingesta correcta de calcio en una dieta balanceada en la vida cotidiana reduce las posibilidades contraer cáncer de cólon.
La leche y sus productos derivados mejoran el estilo de vida y previenen enfermedades que pueden ser mortales. Entidades internacionales recomiendan consumir, al menos, entre 2 y 3 porciones de lácteos al día.
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